domingo, 8 de enero de 2012

Presentación


Emalay no nació nunca y nunca morirá, lo que no quiere decir que no exista

 Existía ya cuando el Oráculo de Delfos se erguía majestuoso y el ágora estaba llena de gente

La primera vez que la vi tenía tres años y estaba mirándome en un espejo enorme, se trataba de la puerta del armario de la habitación de mis padres que apoyado en la pared, proyectaba una figura regordeta y sonriente y tras ella montones de puertas de todos los colores.

De repente en una de las ventanas  y apareció Emalay, parecía que estaba volando en una escoba

Como la ventana la estaba viendo en el espejo toqué el espejo y el rojo de su cuerpo se encendió y me trasmitió calor, fue así como me di cuenta de que Emalay era mágica

Yo conocía muy bien el mundo de la magia porque mi abuela era la echadora de cartas más conocida de toda la comarca y se relacionaba con las meigas más importantes de Galicia



Sabía que todas las cosas raras que suceden y no tienen explicación pertenecen al mundo de la magia

-Te dirán que la magia no existe, te dirán que estás loca si cuentas a alguien lo que te cuento - me decía mi abuela. 

En nuestra familia, en cada generación ha habido al menos una meiga, yo soy una de ellas, la única viva ahora y tú serás la siguiente.

 Al principio no le hacía caso a mi abuela, mucho menos cuando me contaba que cada sábado al anochecer todas las meigas de mi familia se reunían en el desván de mi casa



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